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TENDENCIAS: RETRO-FUTURISMO, ¿CÓMO AMIGARNOS CON ESTO?

Hace ya más de medio año que se trata el tema sobre el retro-futurismo en mis redes y videos. Pero, ¿por qué insisto tanto con esta tendencia?

En principio, es el eje macro que define el resto de las tendencias del 2020 e incluso de varios años consiguientes. Integra una nueva línea de pensamiento sociológico que nos introduce a un mundo contradictorio donde los extremos conviven. Una realidad donde la nostalgia se une al desarrollo tecnológico como un futuro utópico que se siente cada vez más cerca y más real.

Por un lado, la nostalgia que nos trae el comienzo de la tecnología entre los 70s y los 80s, y por el otro, el poderoso desarrollo digital idealizado futurísticamente. Ambas estéticas se fusionan y toman hegemonía de lo popular y macro.


A su vez, este acercamiento al futuro digitalizado tiende a dividar las aguas. Encontraremos aquellos que ansían volver al principio, volver a esas eras donde la tecnología no interfería con el contacto directo con la naturaleza. Pero, conviviendo en simultáneo encontraremos aquellos que apoyan la digitalización de absolutamente todo.

Pero si vamos a hablar de estética y moda, el retro-futurismo todavía está más cerca de lo retro que de lo futurista.

En relación a lo creativo tangible (colecciones, prendas e invenciones que marcan tendencias estilísticas), esto imita y se asemeja más a una añoranza por revivir la estética de los 70s, 80s y 90s que por crear un futuro utópico reflejado en prendas y colecciones.

Lo futurista en moda lo encontraremos más en las estrategias de marketing y comunicación que funcionan como reflejo de lo que la sociedad demanda. Tendencias como experimentar e incluir la realidad virtual en los servicios de venta o experiencia para el usuario, es un claro ejemplo de la diferencia contrastada entre la moda tangible y la moda como lenguaje y comunicación estratégica.

Su bajada a tendencias que podemos usar estará en el uso de textiles sintéticos que dan esos aires futuristas, en el uso de colores radiantes y saturados (que se escapan más de la realidad natural y trepan más hacia una virtual), en la incorporación de morfologías y camuflajes perturbadores pero atractivos y atrapantes. Es importante destacar que la ropa pasa a ser un elemento más cercano al disfraz que al uso básico que tuvo por siglos. La moda va virando cada vez más hacia un lenguaje artístico, que hacia un mero uso de telas para cubrir necesidades básicas.

Por esto, el retro-futurismo nos permite construir vestimenta con estética futurista pero con elementos que HOY están al alcance de nuestras manos, y a su vez nos generan comfort gracias a la nostalgia que éstos despiertan.

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