TENDENCIAS: BELLEZA SURREAL
De la mano del surrealismo, deviene un cuestionamiento sobre la belleza.

Así como vimos en el mes de abril, el concepto de la belleza y su opuesta fealdad, son parte de este cambio psico-social, parte de este derribamiento de estereotipos arcaicos que ya no tienen sentido en esta era.
El surrealismo como tendencia, y su aliada deformación, nos permiten amigarnos con nuevos modelos, estéticas y referencias visuales que nos hacen más fácil y flexible construir este puente entre los viejos y los nuevos estereotipos.
La belleza surreal invita a la deconstrucción desde el arte y desde el desafío que nos invita a salir de nuestra zona de confort.
El surrealismo dialoga tanto con la belleza como con la fealdad. Todo lo aparentemente estético, perfecto y armónico (términos asociados a los estereotipos de belleza de hoy día) hace referencia a lo despierto y consciente.

Mientras que todo lo reprimido es lo oscuro, lo feo y lo que, por distintos motivos, nuestra consciencia prefiere limitar a lo inconsciente.
El puente entre la consciencia y la inconsciencia, entre lo bello y lo feo, es la deformación. Esta deformación es la herramienta que permite la proyección disfrazada de aquello reprimido que debe ser escondido. La transmutación y transformación de lo mismo, es lo único que permite que eso reprimido se haga consciente.

Si comenzamos a destruir ciertos tabúes, a cuestionarnos ciertas reglas retrógradas, a re-interpretar ciertos sistemas, eso reprimido se convierte cada vez en menos alienante, y se acerca más a lo consciente y permitido.
Así es como, la deconstrucción de la belleza va estrechamente de la mano con el surrealismo, sus técnicas y parámetros de inspiración.