TENDENCIAS: ANDROGINIA
-extractos de un escrito del 2014-
¿Qué características psicológicas y culturales conducen a usar como modelo la androginia en la moda?

La androginia a partir de revoluciones estéticas
Uno de los movimientos sociales con mayor repercusión en el estilo fue la corriente feminista. Esta ideología trascendió en la estética, sociología y psicología femenina, generando un cambio abrupto de roles.
Como parte de este movimiento revolucionario, el género femenino comenzó a asemejarse al masculino mediante la vestimenta en los años veintes, durante la posguerra. La diseñadora Coco Chanel, en ese entonces, incorporó el pantalón y traje al vestuario de la mujer. Fue un cambio que respondió a la comodidad necesitada por el género al verse obligado a trabajar finalizada la Primera Guerra Mundial. Pero, como toda transición en la moda, este estilo masculino se convirtió en tendencia.
Lo mismo sucedió con la variación del vestuario al instaurarse el feminismo en la sociedad.

La mujer fue transformando su ideología buscando asemejarse al hombre culturalmente, y como toda presión social se manifestó en su vestimenta. De esta forma, se generó un cambio en la estética femenina.
Con esta revolución, los límites entre ambos géneros se terminaron de desdibujar, permitiendo, años más tarde, el surgimiento del androginismo.
Pero, ¿qué es la androginia?
La androginia es un concepto utilizado por Platón en el año 360 a.C. Aunque difiere del entendido en relación a la moda es el origen de su entendimiento. El andrógino, en efecto, era entonces una cosa sola en cuanto a forma y nombre, que participaba de uno y de otro, de lo masculino y de lo femenino. La indefinición sexual de una persona es considerada androginia, y en la moda aquella indefinición se refleja en la vestimenta.

La androginia se fue gestando periódicamente. En sus comienzos, fue un estilo completamente de nicho, hasta que en los ochentas los diseñadores lo impusieron como tendencia mundial. La imposibilidad de distinguir si una persona es hombre o mujer debido a su vestimenta es una tendencia que, a partir de los años noventas, se incorporó al mercado de la moda.
Psiquis, biología y cultura del ser andrógino
La androginia, aunque es una tendencia en la moda, también es resultado de la biología, psicología y contexto cultural del ser humano.
Al desarrollar la universal bisexualidad del ser, Freud supone que “la líbido de nosotros oscila normalmente a lo largo de la vida entre el objeto masculino y el femenino”. Dentro de la psicología humana se generan pensamientos y tendencias que llevan a cuestionarse la sexualidad.

No obstante, una persona puede tener características andróginas biológicamente, sin ser hermafrodita. Esto sucede cuando las facciones y la contextura física no es propia de su sexo genético. Esas cualidades, al ser naturales, no indican que la persona desee dar un mensaje con su imagen y estética. Simplemente, se acerca a una indefinición entre el género masculino y femenino. Aunque no se quiera comunicar nada específico, culturalmente esa persona va a ser catalogada de andrógina, producto del estereotipo ya instalado en la sociedad.
Psicología y cultura de quienes utilizan la androginia en la moda
¿Qué es lo que los hace querer representar su marca con algo tan polémico como esta tendencia?
La misoginia puede tener que ver con la desaparición del modelo curvilíneo femenino, o incluso la desaparición de la mujer como tal, más allá de que pueda ser un valor la figura andrógina.
Consciente o inconscientemente, hay una intencionalidad de confundir y hacer desaparecer el modelo femenino; porque la androginia suele implementarse siendo más semejante al hombre que a la mujer. Las características físicas de las personas andróginas son entendidas culturalmente como corporales masculinas, y en cuanto a los rasgos faciales se asemejan más a la mujer. Tienden a ser facciones delicadas, contrarias al cuerpo que las acompaña.
Aunque todavía es un concepto en continuo ascenso, la aceptación de éste es cada vez mayor. La libertad de expresión es consecuente con la postura liberal de la sociedad de hoy en día. La androginia ya deja de ser cuestionada y comienza a ser, incluso, implementada en las estrategias de marketing de las empresas de moda.
Al desdibujarse los límites entre ambos sexos, culturalmente, una persona no se ve presionada a ser como lo establece su biología. Psicológicamente, se abandona esa presión social que impide manifestarnos como lo deseemos.
Si las generaciones más recientes están acostumbradas a este modelo de androginia, esto se vuelve aceptable en la sociedad. Esto es parte de un movimiento cultural que asimila el cambio de rol de la mujer y del hombre, permitiendo un nuevo concepto del ser humano.

De este modo, podemos declarar que aquellos que trabajan en la moda tienen un concepto del androginismo como tendencia, y por eso no dudan en utilizarlo como herramienta de marketing.
Ahora bien, el problema nace cuando la androginia en moda se tangibiliza a través de la masculinización de la mujer, olvidando que la feminización del hombre es igual de significante cuando de seres andrógin@s hablamos.

¿No será hora de invitar a los hombres a jugar con su energía sensible y creativa, y permitirles expresarse libremente mediante la moda, sin la continuación de un castigo social machista y perturbador?