¿POR QUÉ TANTA OBSESIÓN CON LAS POLAINAS?
Actualizado: 4 dic 2022
En el 2021, estuvimos re-incorporando las medias largas y los guantes como accesorios decorativos a nuestra vestimenta.

Empezamos a jugar con la ironía detrás de la tan ansiada pero asfixiante protección.
Estos accesorios simbolizan lo controversial de una era que pendula entre dos extremos:
1) la provocación, la desnudez y la hiper-sexualización de nuestros cuerpos
2) la nostalgia, el conformismo y el arraigo desesperado a lo conocido por miedo a lo desconocido y amenazante
Sin entrar en detalles sobre qué representa cada uno de estos extremos (porque esto será parte del Reporte de Tendencias Anual del 2023), las polainas son un accesorio que permite construir un puente entre estos extremos que parecen tan disímiles.
Las polainas son el detalle extra que podemos sumar a nuestro día a día, que deviene de una necesidad de protección particular sobre nuestro cuerpo, pero que al día de hoy, como las implementamos, han perdido su funcionalidad original.

Estos retazos de tela, originalmente de cuero, que cubrían toda la pantorrilla funcionaban como protectores en uniformes militares y de trabajadores labradores. Luego, esta funcionalidad se desvirtuó y se construyó alrededor de la necesidad de abrigo o compresión en uniformes de ciertos deportistas.
La realidad es que, acercándonos al 2023, esta funcionalidad no es pertinente a la tendencia. Incluso, se ironiza al potenciar su uso en plena temporada de verano y altas temperaturas.
Las polainas, al día de la fecha, representan la posibilidad de accesorizar de manera simple y post-apocalíptica. La inversión de dinero y de tiempo es casi nula. Cualquiera puede construirse unas polainas con los restos de algún jean, pantalón o con las mangas de algún sweater o buzo que no usamos. Sinceramente, cualquier retazo de tela mediano nos sirve para crear este accesorio tan precisado.
Lo interesante es el contraste de la convivencia de esta tendencia con la búsqueda de la desnudez y la visibilización de los cuerpos cada vez más exacerbada.
Las polainas representan ese puente entre dos mundos que parecen imposibles de juntar.

Mediante el juego, nos permiten conectar con aquellxs que rescatan y valoran este deseo de volver al pasado, a la deconstrucción primitiva del uso originario de la vestimenta, al consumo consciente y sustentable; pero que, a su vez, entienden este pasado como un refugio y protección de la incertidumbre que nos genera el porvenir.
Las polainas son el disfraz de la sed de control y la necesidad de refugio hechas accesorio.